No seas mi amigo,
soy un hombre de largas ausencias.
De vez en cuando busco irme,
dejar de hablarle a todos,
y no sólo quiero: lo hago.
Y ahà voy yo, a lo lejos,
balanceando ausencias,
pensando
en qué hacer con la vida,
con las palabras estas
que vuelan como mosquitos
alrededor mÃo.
Buscan
convertir la sangre en vino
para después dármela de beber,
pero no quiero alcoholizarme;
quiero irme sobrio a la fiesta,
que me llamen aburrido,
seducir a alguien sobrio
sin la necesidad de hacer trampas.
No seas mi amigo,
soy demasiado leal
aunque a veces no esté.
Pero en algún lado estoy,
aunque no te hable,
aunque no te procure,
aunque no me sientas,
aunque no me recuerdes:
estoy en alguna hoja de papel,
en algún parque, tal vez
metido en un corazón ajeno,
o en medio de unas piernas
buscando la esencia del poema.
A veces no la encuentro
—que es casi nunca—
pero vale la pena la búsqueda,
uno conoce grandes amigos,
vive cosas maravillosas
en este buscar de significados
llamado vida.
Si quieres ser mi amigo,
ahà te encargo.