El abuelo solÃa decir que los bancos son males estomacales a largo plazo. Los clientes entran con sonrisas que iluminan el sol y, al poco tiempo, se tiñen sus ojos de invierno. Ayer, Mariela, la mujer más chismosa del barrio, perdió su casa. Sus lágrimas conmovieron a sus vecinos que le ofrecieron habitaciones para vivir. No aceptó, se fue del barrio recordando que los bancos son ruinas disfrazadas de alivio.