El frÃo de las rosas ha traÃdo los recuerdos a casa. El canto de las alondras juega con mi afligido corazón y tus frÃas cartas, en pasados de alegrÃa que entonaron nuestra historia. Las lágrimas de Camila, himnos de una vida que no regresará a mi atormentada alma, que no cesó de buscarlos en las frÃas calles del centro de la ciudad; ciudad que agoniza sin el gris de sus ojos que adornaron las nubes del cielo de octubre.