Sentados en las viejas sillas que alguna vez pintaron los sueños de nuestra vida, Azul recordó que mis bromas y los cantos no aceleraban su corazón en la primavera. Su amor se ha ido, jugando con la rutina y la melancolía de nuestros días. «Volvamos» fue la palabra que acompañó los meses y los años desde su partida que lacera mi alma.