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Gracias por ser tú
3 min. 25

Gracias por ser tú

Fandom: Ranma 1/2


Sólo aquello que eres has de ser

y aquello que no eres, no.

¿Deseas que te amen? de Edgar Allan Poe


El domingo en la mañana Akane salió temprano de su casa para comprar unas verduras que su hermana Kasumi le encargó para la comida. Estaba perdida en sus pensamientos, caminando de forma automática por las calles que su cuerpo ya conocía de memoria. El sol era un cálido confort con sus rayos brotando entre las nubes y neblina de mediados de noviembre. Akane giró en la esquina y el sol no fue suficiente para calentar el estremecimiento de todo su cuerpo al recibir una cubeta de agua fría.

—¿Qué te pasa? ¡Está helada! —chilló al sentir el aire frío en su ropa empapada.

—Es tu culpa por atravesarte —protestó Ranma con una cubeta de madera en las manos.

—Lo hiciste a propósito —gritó enojada apretando los puños de coraje y maltratando algunas verduras de la bolsa en su mano izquierda.

—Claro que no, si vieras por donde caminas podrías haber visto que estaba arrojando el agua en la calle para seguir barriendo. —Ranma dejó la cubeta en el piso y tomó la escoba que estaba recargada en la entrada.

—Sí, claro. Justo en el momento en el que estoy pasando.

—Por favor, ¿yo qué gano con hacer algo así? Es tu problema tener esos complejos con tu apariencia. —El chico se encogió los hombros y recargó la barbilla en la punta de la escoba.

—Eso es... es... —Estaba cada vez más furiosa y comenzó a temblar, ya no de frío sino de coraje.

—¿Es qué? ¿Me vas a reclamar de nuevo por verme mejor que tú como mujer? —Arqueó la ceja.

—Eres... tan... aargh. —En un rápido movimiento, Akane se agachó y arrojó la otra cubeta con agua sobre Ranma.

—¡Oye! —El grito sonó varias octavas más bajas de lo normal al transformarse.

—Bien, ahora estamos a mano. —Akane sonrió presuntuosa.

—¿A mano? Estás total y completamente fuera de tus cabales, ¿por qué me mojaste? —Arrojó la escoba al piso en su rabieta.

—Porque te lo merecías —le gritó cruzando los brazos y alzando la nariz con petulancia.

—Obviamente no, fue un accidente que te arrojara esa agua, no tenías por qué arrojarme tú a mí. —Se inclinó hacia Akane, aunque ahora estaban casi a la misma altura.

—Fiuu, fiuu. —Dos hombres en estado de ebriedad giraron en la esquina opuesta—. Oye, chiquita, ¿quieres que te ayude a secar esa camisa? —gritó uno de ellos hacia ambas chicas.

—Brutos, pervertidos. —Akane giró sobre sus talones levantando el puño derecho—. Sigan caminando o les rompo la cara —amenazó.

—A ti ni quién te esté hablando, enana plana —respondió el otro hombre.

Akane estaba a punto de ir hacia ellos con la cara roja de coraje, cuando una mano le sujetó el hombro.

—No, déjalos. Están borrachos, mejor vamos adentro a cambiarnos. —La mirada de Ranma estaba oscurecida y miraba hacia su pecho—. Esta estúpida camiseta está a punto de lanzar botonazos. Akane inhaló profundamente un par de veces para calmarse.

—Necesito una toalla, vamos.

Caminaron en silencio por el pequeño jardín hacia la casa, una vez en el Genkan, mientras Ranma se ponía las zapatillas de casa, vio de reojo a Akane desabrochando las cintas de sus botines sentada junto a la bolsa de verduras con la mirada perdida.

—¿Sabes? Lo que ellos dijeron no debería afectarte tanto, no eres, eh, no estás, digo, tú no...

—Está bien, sé que son unos cretinos, sé que no debería rebajarme a sentirme ofendida por sus palabras, pero, viéndote a ti así —hizo una seña hacia su cuerpo—, me doy cuenta de lo diferente que somos.

—No tienes por qué compararte y mucho menos conmigo, esto sólo es apariencia, una apariencia falsa, no es quien soy de verdad.

—Lo sé. Y lo entiendo, pero en ocasiones no comprendo cómo lo haces.

—¿Hacer qué?

—Tener esa forma y seguir siendo tú. No parece que tengas problemas para saber quién eres en realidad.

—Yo... Nunca había pensado en eso.

Comenzaron a caminar por el pasillo en dirección al baño dejando gotitas de agua en la madera.

—¿Ves? Yo aquí refunfuñando porque a veces no me siento bien con mi propio cuerpo, sobre todo cuando las personas me intentan humillar sacando a flote mis defectos y tú ni siquiera te acomplejas cuando eres otra persona.

—No son defectos, eres perfecta tal como eres, sólo que parece que no quieres verlo con tus propios ojos. Y no me acomplejo porque sé muy bien quién soy, sé que, aunque tenga una forma totalmente distinta, dentro de mí siempre seré yo. No me importa lo que piensen los demás o cómo me veo. Es algo que aprendí a la mala. Después de tantos años, llegué a un punto en el que soy feliz con mis cuerpos, aunque ambos sean todo lo contrario.

Llegaron al armario junto al baño y Ranma abrió la puerta de madera.

—Gracias.

—¿Por qué? —preguntó Ranma sorprendido por la declaración con la mano a medio camino de tomar una toalla.

—Por ser tú —respondió Akane con una sonrisa.

—Ay, qué lindura. —Ranma puso sus manos en sus mejillas e inclino la cabeza hacia un lado—. ¿Estamos hablando de nuestros hermosos sentimientos? —Estiró una mano y jaló una toalla blanca—. Creo que me sonrojo.

—Y adiós al sabio, hola al idiota. —Rodó los ojos mostrando su exasperación.

—Ten tu toalla, señorita «no soporto una broma». —Le arrojó la toalla en la cabeza.

—Eres imposible.

11 de octubre de 2021 Selene Alvarado Fanfiction Número 13 Romance

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