Ped铆 perd贸n por ser una mala hija, por no cumplir todas las expectativas que ellos se formaron de m铆.
Le cont茅 todo lo necesario de m铆 para que entendiera el porqu茅 de mi situaci贸n con ella. No s茅 si hice bien, puesto que no me dijo nada. Le dije c贸mo me hac铆a sentir cada que dec铆a que yo no hac铆a nada, que la casa estaba sucia, que me daba miedo cuando me rega帽aba, el c贸mo se estiraba el cabello en cada discusi贸n, que no quer铆a molestarla.
Le ten铆a miedo.
Esa palabra define mejor mi sentimiento por ella: miedo. No es normal que un hijo sienta eso de un padre.
Ella s贸lo escuch贸 y sin decirme mucho, me aconsej贸 que no descuidara a la ni帽a y que no la rega帽ara, que a ella le falt贸 mucho tiempo con mi hermano y conmigo, pues su trabajo le cargaba mucho la mano y no pod铆a darnos el tiempo que necesit谩bamos. Pero no era eso, ella no entendi贸 que siempre tuvo el tiempo, pero ella no lo tom贸. No digo que siempre, pues en ocasiones el llegar a trabajar y descansar es lo 煤nico que quieres, y la entiendo. Yo trataba de tener todo en orden en casa para que ella estuviera bien, pero nunca le gust贸 nada de lo que hac铆a.
Mi mala relaci贸n con ella no comenz贸 cuando entr贸 a trabajar, menos cuando se separ贸 de mi pap谩, fue desde muy peque帽a. No tengo recuerdos de mi mam谩 en la infancia, ni sobre algo que hayamos pasado juntas. Recuerdo muy poco, ahora que lo pienso.
Ella tuvo tiempo, pero no supo aprovecharlo, o tal vez no sab铆a c贸mo.
