¿Crecí de acuerdo con el plan?
En algunas ocasiones, los hijos quieren complacer y hacer sentir orgullosos a sus padres. Se llenan de un sinfín de actividades porque, de otro modo, no se sienten suficientes y muchos no llegan a sentirse suficientes nunca.
Me inscribí a una obra de teatro para una representación del 10 de mayo, día de las madres. Esperaba que mi mamá asistiera. Poco antes de comenzar los ensayos, le dije a mi mamá, no aguanté la emoción. Creí que se pondría feliz, pero no, no fue así o al menos eso creo. Recuerdo lo que me dijo:
Íbamos caminando por el parque, mi mamá pasó por mí a la secundaria, como casi todos los días; a veces se le olvidaba pasar, ya que llegaba muy cansada del trabajo y antes tenía que pasar por mi hermano, así que no me molestaba tanto el que no pasara, entendía por qué no podía; pero en esa ocasión fue cuando decidí platicarle sobre una actividad que me gustaba mucho y tenía mucha fe en que a ella también.
—Oye, me inscribí en una obra de teatro, es con la maestra que me reprobó, pero no importa, la presentación será para el día de las madres y pues ya la verás —dije algo seria y preocupada.
—¿Y para qué te inscribes si sabes que no voy a ir, tengo que trabajar? —mamá me dijo, seria y caminando.
—Ah, bueno, no pensé en eso. —Suspiré—. Ni modo.
Y así nos dirigimos a casa. Iba triste, pero después pensé: «tiene razón, yo inscribiéndome y ella no puede ir porque tiene que trabajar».
Al día siguiente le dije a la maestra que ya no participaría, ella dijo que lo pensara, pero no volví.
Un sinfín de sentimientos pasó por mí, sentía que había fallado en algo, mis ilusiones de que me viera como cuando de niña iba a mis festivales escolares decayeron.
Tal vez nuestra relación estuvo rota desde un inicio, tal vez ella no sabía cómo expresarse, tal vez, sólo tal vez si hubiésemos tenido una buena comunicación nuestra relación no se hubiese fracturado tanto.
El sentirse suficiente, seguro y con confianza en un hijo es demasiado poder. Aprendes de ti, de lo que eres capaz y sabes los límites que puedes superar. Y es mejor cuando tus padres o figuras paternas los reconocen y te apoyan.
No sabes lo sola y vacía que me sentí en algunos momentos, me sentía perdida, sentía que no era yo. No tenía a nadie para apoyarme, porque no quería que me vieran débil, por eso siempre estaba sola.
Y, aun así, logré aparentar que todo en mi vida estaba bien, que era feliz, que yo podía con todo. Cuando la verdad no era así. Me estaba ahogando, quería llorar por todo, me sentía infeliz. Llegué a pedir perdón por no ser lo que ella esperaba que fuera, lo peor fue que no recibí respuesta.
El silencio mata y puede llegar a doler más que alguna palabra.