¿Cómo siquiera puedes pensar que te odio?
Te amo hasta donde más no pueda, al mismo punto de dejar mi ser para ser tu deseo. ¿Dices que te odio? Pues déjame decirte que no tienes bien definido el concepto de odio. Hace poco leà algo que rebate tu pensamiento:
«Insistes en confundir mi soledad con amargura. Mi seriedad con enojo y mi silencio con apatÃa. Me sigues desconociendo.» —Elena Poe.
Pero acepto la responsabilidad de ello. Bueno, una parte. ¿Sabes por qué nunca me dejaste ser lo que yo querÃa ser? Mis pensamientos eran erróneos a tu vista, mis decisiones eran las equivocadas cuando te decÃa que me dejaras equivocarme. A lo largo de mi vida entendà que de los errores se aprende.
Lo único que querÃa de ti era ser escuchada, no querÃa más, sólo eso. Pero tenÃa miedo de que me vieras con eso ojos tuyos que juzgan todo lo que está mal ante ellos, no querÃa eso. Sueño con esa mirada, me da miedo verte a la cara porque puedo ver decepción en tu rostro. Siento mucho terminar siendo una decepción para ti, te hice creer que era perfecta y en realidad no lo era.
Pero no siento odio hacia ti. Siento tristeza, pero odio no, eso no podrÃa. No llenaste los requisitos como para que yo te odiara; al contrario, te entiendo. A pesar de la poca interacción, con los años logré leer cada frase de ti, de tal forma que podrÃa decir que te conozco a la perfección, pero no, porque todos somos cambiantes y nos podemos sorprender hasta a nosotros mismos.
Sé que te di señales ambiguas, pero el odio es algo que no podrÃa ser. No te mentiré diciéndote que las cosas están súper bien porque no lo están, pero el problema no soy yo, no del todo. Sólo soy una parte del problema. Tú tienes que solucionar tus problemas antes siquiera de poder tomarte el derecho de juzgar.
Sólo entiende y respeta mi punto, que yo lo he hecho con el tuyo.