La 煤ltima semana de abril, descubrimos que nuestra relaci贸n estaba llegando a su fin. No hab铆a rosas, invitaciones al cine, ni lecturas en la noche, y hacer el amor se esfum贸 como el viento. Sof铆a reconoci贸 que mis palabras eran ciertas, pero no deseaba que nuestra situaci贸n cambiara porque, desde hace cuatro meses, estaba saliendo con su jefe.
No me doli贸 enterarme de esa relaci贸n extramatrimonial: hice exactamente lo mismo con una mujer que est谩 llena de estr铆as, pechos ca铆dos e hijos; pero con un amor m谩s dulce que la miel, aniquilando cr铆ticas insulsas como esas. Nuestras vidas hoy tienen sentido y somos dos amigos que toman caf茅 en el centro de la ciudad. Sof铆a prometi贸 que estar铆amos como pareja esta noche en el restaurante italiano que deleit贸 a mi se帽ora.