blurred-Don’t Ask About It
Don’t Ask About It
2 min. 1

Don’t Ask About It

Fandom: Kuroko no basuke

—Pero, Kise-san podrá jugar en el próximo partido, ¿cierto?

El silencio que llenó la habitación era más que pesado, y duda alguna no existía de que la respiración de los presentes podía escucharse sin problema alguno. El errático palpitar del corazón del rubio atacaba no sólo su pecho, aquel también resonaba en sus oídos, haciéndole creer que en cualquier instante pudiera escapar mediante una explosión. “Y ojalá así fuera”, pensó el chico.

Esta era la tercera recaída en lo que iba de la final del torneo, teniendo un accidente por partido. La universidad del rubio contaba ya con tres juegos a favor, tan sólo uno más era necesario para obtener la victoria. Cuarenta minutos era lo que les separaban de un campeonato. Cuarenta minutos y una lesión indeseada.

Quizá era una señal, quizá era el momento indicado para dejarlo todo. Al final, él no era Aomine Daiki, él no había nacido para jugar. A diferencia del moreno, su vida no dependía del basquetbol, fácilmente podía buscar un deporte nuevo o alguna otra actividad para distraerse. Pero, si era así, ¿por qué le dolía tanto?

La desesperación comenzó a hacerse de su cuerpo y sus manos fueron las primeras víctimas, el temblor que les atacó comenzó a aumentar de forma paulatina, aunque para el rubio era más fuerte que cualquier sismo recibido en Japón. Con fuerza, tomó entre sus puños la delgada sabana que cubría la camilla donde se encontraba y, en aquel momento, no supo si era más el dolor que sufría su pierna o el que soportaba hasta este momento su pecho. El modelo aclaró su garganta y, con una sonrisa más falsa que las de Akashi, decidió parar el incómodo momento en el que se encontraba.

—Sasaki-kun —exclamó entre risas, negando con un ligero movimiento de cabeza—, ¿olvidas con quién estás hablando? Soy Kise Ryouta-ssu. Fue sólo una pequeña torcedura de pie, si no fuera por la venda podría seguir jugando ahora mismo —bufó, dando pie al exagerado puchero que se apoderó de sus labios.

—Es una lesión menor, Sasaki. No hay que preocuparse de más —Morikawa asintió, dándole la razón al rubio.

El vicecapitán dirigió una mirada fugaz al resto del equipo y, cuando chocó con la del rubio, decidió hablar.

—Me quedaré aquí con Kise-kun. Regresaremos apenas le den de alta. Ustedes vayan a sus casas, recuerden que mañana hay entrenamiento a primera hora.

El resto del equipo asintió y, entre despedidas y buenos deseos de pronta recuperación para el rubio capitán, se retiraron de la enfermería.

—¿Cuántas semanas te dieron de reposo?

—Un mes, al menos —la mirada del rubio enfocaba el techo de la mullida habitación, buscando cualquier intento de distracción que pudiera obtener en el momento.

—Parece irónico —agregó con clara frustración en su voz—. De nuevo el mismo pie, en la misma zona. El desgarre anterior aún no sanaba, igual que los demás. Quiza…

—Sí —le interrumpió Ryouta—, quizá ya es tiempo —una triste sonrisa adornó sus labios, mas sabía que de nada ayudaba el negarlo por más tiempo—. Quizá el próximo juego será el último.

3 de mayo de 2020 Rubyssi Fanfiction Número 10 Romance Yaoi

El poder del ramen instantáneo
Boda
Diciembre de 1998: El sueño marciano